Una mezcla de olores invade las peatonales: desde el de los dulces azahares que ya están en flor, hasta el más pestilente que surge de las alcantarillas y los contenedores. Y no es un tema de hoy: desde hace años los tucumanos retuercen las facciones al cruzarse con los vahos nauseabundos de nuestro principal paseo de compras. “¿Por qué huele así?”, “¿hay una solución definitiva?”, se preguntan vecinos y comerciantes.
Con sus pecheras de colores y fichas en mano, unos jóvenes tratan de sumar voluntarios y socios para que colaboren económicamente con las fundaciones a las que representan. Su lugar de trabajo son las peatonales y saben cómo huelen esas arterias por donde no cruzan autos. Según Rodrigo Mamaní, por ejemplo, el peor lugar es la zona de Muñecas al 100, casi llegando a San Martín. “No sé si son los floristas que tiran agua podrida o alguna cloaca al aire libre. El olor que llega desde los ingenios tampoco ayuda”, sostuvo el joven. Mientras que Gabriela López, que trabaja para una organización internacional, dijo que en la nueva peatonal, la de Mendoza al 500, hay olor a cloaca a mitad de cuadra, por lo que pidió que la cambiaran de área céntrica. “No soportaba el olor”, resaltó.
Emanuel Villagra sirve café a una pareja que está sentada en un bar de Muñecas al 100. A ellos parece no importarles el mal olor; siguen con su charla y parsimonia entre cada sorbo caliente. “La podredumbre sale de las alcantarillas y de noche se pone peor”, afirma el mozo. Sobre ese sector peatonal opina Diego García, guardia de seguridad de un local de ropa: “es la peor de todas en cuanto al olor. Además no ayuda que a la peatonal la laven tan poco: la última vez fue en noviembre del año pasado”.
Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana, sostiene que los problemas se acabarán con las nuevas obras que ya están en marcha en Muñecas primera cuadra. “Como ya lo hicimos en la Mendoza, estamos cambiando el sistema de transporte de agua, con una boca cada seis metros. Vamos eliminando las conexiones clandestinas que producen esos olores. Además, las descargas de los floristas será diferente: cada puesto tendrá una pileta y una descarga individual. Ya no volcarán en el canal”, detalló el funcionario municipal.
Carlos Daniel es florista de la esquina de San Martín y Muñecas, y se molesta cuando la culpa recae en su rubro. “Nos hacen controles municipales constantes y la empresa 9 de Julio retira nuestros residuos siempre. No hay ningún problema. Nosotros limpiamos el puesto de flores y los tachos con lavandina. No somos los que generamos el mal olor; acá siempre hubo problema con el desagote de cloacas”, resaltó Daniel, que mientras contestaba las preguntas fregaba con esponja y lavandina los enormes tachos vacíos. A su alrededor había agua, pero ningún olor.
Puestos de comida, contenedores en las esquinas, música a todo volumen, cantantes ambulantes y miles de peatones; hay de todo en las bulliciosas peatonales que a la noche terminan repletas de papeles, restos de alimentos y golosinas (como chicles que parecen engrampados en el piso). Ante todo esto, la limpieza diaria que está a cargo de la Dirección de Higiene Urbana Municipal parece insuficiente.
Jorge Pérez Musacchia, a cargo de la mencionada repartición, comenta que se limpian las peatonales constantemente y que el lavado (con hidrolavadoras) se realiza una vez al mes. LA GACETA le consultó si el saneamiento no le parecía escaso, teniendo en cuenta que -por ejemplo- en Salta lavan las peatonales tres veces a la semana. El funcionario contestó que “podría ser” y que iban a analizarlo.
Por otra parte, subrayó que hay una falta de conciencia de ciertos comerciantes que arrojan todo tipo de residuos malolientes en los contenedores, y que para evitarlo están realizando controles. “Hay comercios que deben pagar una recolección diferenciada: no pueden tirar pollos crudos o podridos en un contenedor que es para los vecinos, con otro tipo de desechos. Eso sucede en la esquina del Mercado del Norte (Mendoza y Maipú), por ejemplo”, reveló Pérez Musacchia. Y resaltó que con la futura y nueva peatonal la limpieza también se les hará más fácil: “los imbornales serán más grandes, por lo que podrá caber en ellos un empleado municipal y logrará limpiarlos de mejor manera”.